Comentario
El desarrollo del románico en tierras del reino castellano leonés tiene en la capital uno de los centros principales de creación, la iglesia de San Isidoro. La parte más antigua del edificio actual corresponde al panteón regio que se sitúa a los pies. Los confusos datos históricos de su construcción han sido últimamente interpretados considerando a doña Urraca, hija de Fernando I, como la impulsora de una ampliación del templo que se correspondería con el panteón regio actual y su edificación se iniciaría a comienzos del último tercio del XI.
Este panteón regio presenta una tipología de carácter funerario, plenamente hispánica, con precedentes tan notables como el de los reyes asturianos en Santa María de Oviedo. A diferencia de su estructura tan conservadora, la decoración escultórica respondería al nuevo estilo, el pleno románico. Los capiteles enmarcan, con sus esquemas corintios, composiciones figuradas de un gran interés. A continuación, se construyó un pórtico lateral en la fachada meridional del primitivo templo de Femando I. Esta iglesia será derribada en parte para emprender la edificación de otro mayor, más acorde con las novedades constructivas que empezaban a imperar por toda Europa.
Cuando, en 1101, muere la infanta Urraca, en su epitafio se alude a la ampliación del templo llevada a cabo por ella (haec ampliavit ecclesiam istam). Esta referencia y el hecho de que las formas del edificio leonés se acusen en otros templos fechados en torno a 1100, hacen suponer que la cronología que acabamos de señalar es la correcta. En el mismo edificio existen otras referencias cronológicas, la del 1124 epigrafiada en un ábside, y una consagración celebrada el 6 de marzo de 1149, esta última data debe referenciar ya los abovedamientos.
La iglesia adopta la forma de tres naves, con intercolumnios de pilares cruciformes, y un acusado transepto de una nave, al que se abren tres ábsides semicirculares. Es una tipología antigua, más conforme con la herencia del primer románico que con planteamientos modernos del XII. Mención especial merecen las dos puertas monumentales,la del Cordero y la del Perdón. La primera relacionada estilísticamente con los talleres escultóricos de Compostela, mientras que la segunda, de datación posterior, muestra evidentes analogías con la puerta de Miégeville, de San Saturnino de Tolouse.
El tímpano de la puerta del Cordero, con unos tipos iconográficos de gran tradición en nuestro país -sacrificio de Isaac y el cordero apocalíptico en el interior de una mandorla portada por ángeles- representa una redundante referencia a la redención. En la puerta del Perdón, el carácter narrativo-pedagógico es más elocuente, y en tres escenas se nos trasmiten otros tantos puntos básicos de un ciclo cristológico: Muerte, Resurrección y Ascensión. Para que no haya duda en la interpretación, siguiendo una costumbre de los primeros momentos de la plástica cristiana, absolutamente conservada durante el románico, un rótulo epigrafiado nos lo explicita: "Asciendo a mi Padre, vuestro Padre" (Ascendo ad Patrem meum Patrem vestrum).
Son numerosos los edificios asturianos y leoneses que muestran las influencias de San Isidoro, San Pedro de Dueñas, Corullón, la torre románica de la catedral de Oviedo, etc. La forma de planta en cruz latina es empleada en la iglesia zamorana de Santa Marta de Tera.